La Terapia Gestalt como práctica del presente encarnado y de la relación humana

La Terapia no es un consultorio o un espacio físico, sino la creación de una relación única donde una persona puede encontrar el sostén y la presencia acompañante de otro ser humano entrenado y capacitado para acompañar y sostener en  momentos de dificultad emocional, relacional, corporal o psicológica y  donde en conjunto pueden encontrar alternativas no accesibles en solitario o con los apoyos habituales.

Los problemas que atravesamos, aunque los vivimos en carne propia, no son en generados nunca en aislamiento, sino que son problemas que emergen en campos relacionales, por ello, la terapia gestalt provee un espacio relacional  seguro donde se pueden recrear experiencias vividas y explorar posibilidades funcionales y sanadoras para los momentos dolorosos que se presentan.

Para el terapeuta gestalt el ser humano que llega a la sala de sesión, no es un “enfermo” sino un ser humano que sufre y que se torna, mas bien, en la voz dolorosa que evidencia entornos y patrones relacionales que se han vuelto disfuncionales.

El terapeuta ofrece su experiencia, su escucha y sobre todo su humana presencia no solo para caminar a lado del paciente que sufre y padece sino también para acompañar al ser humano que se cuestiona y busca respuestas a preguntas existenciales y cotidianas de profunda importancia personal o relacional.

La Terapia Gestalt se enfoca en la experiencia presente en cada sesión del proceso. Cada sesión damos valor a todos los aspectos de la experiencia, no solo atendiendo el “porque” sino el “cómo”, es decir, cómo es sentida en el cuerpo en el aquí y ahora pero sin perder de vista los contextos relacionales donde toda experiencia se crea. La terapia Gestalt confia en la posibilidad siempre actualizadora que habita en cada ser humano.

La Terapia Gestalt concibe la experiencia humana como integrada por diversas dimensiones, es decir, lo corpóreo, lo emocional, lo espiritual, lo psicológico, lo relacional y lo situacional,  por ello trabajamos con todas estas facetas sin privilegiar solo una, sino permitiendo que el proceso nos invite a caminar por ellas como senderos convergentes que nos llevan de una forma y otra al bienestar personal y relacional.